La Justicia tucumana investiga la muerte de Wilson Ruiz, un interno de 27 años que cumplía una condena por robo en el penal de Villa Urquiza. Si bien la versión oficial indica que falleció por meningitis, la familia asegura que fue víctima de brutales golpizas por parte del personal penitenciario.
Ruiz envió un audio antes de morir donde expresó su temor: “Me quieren matar, me quieren matar. Me prometieron que del domingo no iba a pasar”, advirtió a sus familiares.
Su hermana, Katherin Ruiz, sostiene que las autoridades no cumplieron con una medida de protección judicial emitida días antes de su fallecimiento. “A mi hermano lo mataron a golpes, no tengo dudas. Por eso ni siquiera le quieren hacer la autopsia”, denunció.
La familia había solicitado un hábeas corpus luego de que Ruiz sufriera una golpiza por un conflicto relacionado con el robo de un celular. Tras ese hecho, fue trasladado a la Unidad 2, considerada una de las más peligrosas del penal. “Le siguieron pegando todos los días y hasta lo metieron en el ‘Chanchito’”, dijo su hermana.
El interno fue derivado al hospital Avellaneda y luego al hospital Padilla, donde murió ayer a la madrugada. Según testimonios, presentaba lesiones en la cabeza y signos de violencia interna, aunque el informe del Destacamento Policial del Padilla indicó que la causa fue meningitis.
El juez de Ejecución, Gonzalo Ortega, ordenó nuevas medidas judiciales, incluyendo un informe forense y el secuestro de las historias clínicas. En su resolución expresó la posibilidad de estar ante un caso de apremios ilegales y tortura por parte del personal penitenciario.
La familia denuncia presiones para firmar la entrega del cuerpo sin que se practique una autopsia. “No lo haremos hasta que la Justicia actúe”, advirtieron.
Fuente: Gustavo Rodríguez, La Gaceta.