El regreso de Di María motivó la primera prueba oficial para el retorno del público visitante en la Liga Profesional. El partido elegido será este sábado a las 16.30, con condiciones estrictas de seguridad.
Después de más de una década de restricciones, el fútbol argentino vivirá este fin de semana un hecho histórico: por primera vez en 12 años, se permitirá la presencia de hinchas visitantes en un partido de la Liga Profesional. El encuentro elegido será Lanús frente a Rosario Central, el próximo sábado desde las 16.30, en el estadio del Granate. La medida será anunciada oficialmente este jueves al mediodía como una prueba piloto impulsada por el regreso de Ángel Di María al fútbol local.
La decisión fue tomada en conjunto entre la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires y los clubes involucrados. El anuncio se realizará en el centro de monitoreo de la Policía Bonaerense, ubicado en el predio de la autopista Ricchieri, con la presencia del ministro Javier Alonso, el presidente de la AFA Claudio Tapia, los dirigentes Nicolás Russo (Lanús) y Gonzalo Belloso (Central), y el titular del Aprevide, Guillermo Cimadevilla.
Condiciones estrictas para el regreso
La presencia visitante será limitada: Rosario Central recibirá 7.000 entradas —muy por debajo de las 12.000 que pretendía el club rosarino—. Las condiciones impuestas por el operativo de seguridad incluyen:
- Prohibición del traslado en micros escolares. Solo se permitirá la llegada en ómnibus de larga distancia sin paradas intermedias.
- Restricción total de banderas, sin importar el tamaño.
- Control absoluto del recorrido y del ingreso al estadio, para prevenir incidentes.
Estas medidas buscan evitar enfrentamientos y robos, así como minimizar riesgos derivados de emboscadas o disputas entre barras.
No será un regreso masivo
Las autoridades fueron tajantes: no habrá vuelta generalizada del público visitante. En el mejor de los escenarios, se permitirá un solo partido por fecha con ambas parcialidades. Si la experiencia resulta positiva, podría ampliarse a uno por día, pero no más que eso, por el impacto en los recursos policiales. Se estima que el operativo del sábado requerirá un 20% más de efectivos que un partido con solo público local, es decir, alrededor de 70 agentes adicionales.
Además, muchos clubes, especialmente los de mayor convocatoria como Boca y River, ya anticiparon su rechazo a ceder espacios en sus estadios. “Perder tres mil entradas visitantes significa sacrificar casi seis mil localidades por los pulmones de seguridad”, explican desde esas instituciones.
¿Reciprocidad en duda?
Aún no está garantizado que Rosario Central permita el ingreso de hinchas granates cuando se juegue la revancha en Arroyito, ya que su estadio también está colmado por socios locales. La medida podría terminar favoreciendo solo a algunos equipos, sin reciprocidad clara.
Un funcionario provincial fue contundente: “Si hay un incidente, por menor que sea, a Provincia no vuelven más”. La presión del regreso de Di María, ídolo nacional, fue un factor clave para este experimento. Pero el margen de error es mínimo.
Una oportunidad histórica
El regreso de los visitantes —algo impensado en el último tiempo— podría marcar el inicio de una nueva etapa. La última vez que dos hinchadas coincidieron en un estadio por Liga local fue en 2013, en el fatídico encuentro entre Estudiantes y Lanús, que terminó con la muerte de Javier Gerez y el fin del público visitante en todo el país.
Hoy, la ilusión renace. Y si todo sale bien, Di María no solo volverá a vestir la camiseta de Central, sino que también podría pasar a la historia por haber sido el detonante de un cambio que millones de hinchas venían esperando desde hace años.