El rostro de la injusticia: Iván, el reciclador que sobrevivió a un ataque brutal en Los Guayacanes

En la madrugada del sábado, mientras gran parte de Los Guayacanes (departamento Juan Bautista Alberdi) dormía, Iván Funez, un joven trabajador que vive del reciclaje, fue víctima de un ataque atroz. Dormía solo en su vivienda cuando dos sujetos irrumpieron violentamente. Uno de ellos lo amenazó con un machete en la espalda, mientras el otro intentaba asfixiarlo con una sábana.

Fue una escena de terror. Un despertar que nadie merece.

En diálogo con Noticias del Interior, Iván relató con la voz entrecortada el momento que lo marcó para siempre:

“Yo estaba durmiendo a las dos de la mañana, de repente entraron dos individuos y me pidieron plata con un arma blanca”, contó.

Las imágenes lo dicen todo: muestra su mano vendada, con una herida producto del golpe que evitó cuando quisieron atacarlo en el rostro. En su cuello se ven marcas de la presión ejercida durante el intento de asfixia. También tiene golpes en las piernas y en la espalda. Su cuerpo habla. Y su mirada también: refleja angustia, miedo y agotamiento.

Los atacantes, al ver que no encontraban dinero, intentaron atarlo. Iván, como pudo, se defendió. Forcejeó con ambos. Y fue en ese momento que le arrebataron el celular, su único teléfono, que había comprado con mucho esfuerzo. Luego escaparon del lugar, según él, en una motocicleta 110 cilindradas.

Iván vive de lo que recicla. Recolecta cartón, botellas, plástico. Es un trabajador del día a día.

«Me la rebusco, somos humildes, pero nos ven mal”, dijo. El celular que le robaron no era solo un objeto: era una herramienta de trabajo y de conexión. Hoy, además de haber sido víctima de un robo violento, no puede trabajar: está herido, necesita medicación y debe continuar con curaciones médicas.

“Han ido directamente a matarme. Gracias a Dios fue un milagro”, expresó.

Ya radicó la denuncia. Pero la preocupación inmediata es su salud. Las heridas le impiden salir a la calle y ganarse el sustento. Y como él mismo lo remarcó: si no trabaja, no come.

Desde este espacio no solo repudiamos el salvajismo del ataque. También visibilizamos el abandono que sufren personas como Iván: trabajadores informales que quedan desamparados tras ser víctimas de hechos violentos. No tienen obra social. No tienen red de contención. Y muchas veces, ni siquiera tienen voz.

Hoy Iván necesita ayuda para poder comprar medicamentos y sostenerse mientras se recupera.