Villa Carmela (departamento Yerba Buena), localidad ubicada al oeste de San Miguel de Tucumán, quedó sacudida por un episodio tan insólito como dramático: un joven, al que su familia daba por muerto y estaba siendo velado, apareció en la casa mientras se realizaba la ceremonia fúnebre.
Según reconstruyeron La Gaceta y El Tucumano, todo comenzó el jueves pasado, alrededor de las 2 de la madrugada, cuando un muchacho se arrojó debajo de un camión cañero en la zona conocida como Puente Negro, en la ruta Alternativa hacia Alderetes. En un primer momento, el fiscal Carlos Sale caratuló el caso como homicidio culposo, aunque no se descartaba la hipótesis de un suicidio.
Horas después, una mujer de Villa Carmela se presentó en la comisaría de Alderetes y aseguró que el fallecido podría ser su hijo. “Se siguió el procedimiento de rutina y la señora lo reconoció”, explicó Carlos Daniel Ruiz, jefe de la Unidad Regional Este, en diálogo con la prensa. Con esa confirmación, el cuerpo fue entregado a la familia.
Sin embargo, la escena cambió drásticamente cuando, en pleno velorio, el joven que supuestamente había muerto entró caminando a su casa. “Muchos se espantaron, otros lloraron y gritaron. La verdad es que quedamos helados”, relató una vecina.
Ante el desconcierto, los presentes llamaron a la comisaría de Villa Carmela, que notificó de inmediato a la Justicia. El fiscal Sale ordenó que el cajón fuera retirado y que los restos fueran trasladados nuevamente a la Morgue Judicial, donde hasta hoy permanecen sin poder ser identificados.
Vecinos y allegados remarcaron que la confusión expone un drama cotidiano en la zona: jóvenes con adicciones que desaparecen de sus casas por días o semanas. “Uno nunca sabe si van a volver, si están vivos o qué les puede pasar”, señaló una mujer del barrio.
Mientras tanto, la Justicia deberá esclarecer de quién se trata el cuerpo hallado en el accidente del Puente Negro y cómo se produjo el error en la identificación inicial.