El gobierno de Javier Milei logró imponer su veto a la ley de movilidad jubilatoria en el Congreso, gracias al apoyo de bloques aliados. La iniciativa, impulsada por la Unión Cívica Radical (UCR) y apoyada por el peronismo, obtuvo 153 votos a favor, pero no alcanzó los dos tercios requeridos para insistir con la norma. Los diputados de Tucumán jugaron un rol clave en la jornada, con algunas sorpresas, como el cambio de voto del radical Mariano Campero.
La sesión estuvo cargada de tensiones y acusaciones de dádivas, especialmente hacia Campero, quien fue blanco de reproches por haber cambiado su voto. El diputado radical ironizó sobre los «acostumbrados a los bolsos de (José) López» y defendió su decisión, argumentando que la ley de movilidad jubilatoria se financiaría con emisión e inflación.
La votación finalizó con 87 votos en contra y ocho abstenciones. Los diputados de Tucumán que apoyaron el veto fueron Agustín «Tin» Fernández, Gladys Medina, Elia Fernández de Mansilla, Mariano Campero, Paula Omodeo y Gerardo Huesen. Por el contrario, Roberto Sánchez, Pablo Yedlin y Carlos Cisneros insistieron con la ley de movilidad jubilatoria.
La ley de movilidad jubilatoria preveía una suba del 8,1% en las jubilaciones y pensiones, entre otras medidas relacionadas al sector pasivo. El gobierno de Milei argumentó que la ley sería financiada con emisión e inflación, lo que podría desestabilizar las cuentas públicas.