A menos de 48 horas del casamiento, el enlace entre el exgobernador tucumano José Alperovich y Marianela Mirra avanza en estricta reserva, mientras se multiplican las versiones, desmentidas y movimientos silenciosos alrededor de una ceremonia que se realizará este jueves en Puerto Madero, donde el exmandatario cumple prisión domiciliaria.
Durante las últimas semanas circularon rumores de una posible suspensión del casamiento, pero ninguna de esas versiones fue confirmada. Por el contrario, fuentes del entorno confirmaron que la boda se mantiene en pie y que la cuenta regresiva ya está en marcha.
Invitados que quedaron fuera y disculpas por WhatsApp
El punto más llamativo de las últimas horas fue la drástica reducción de la lista de invitados.
Varios allegados al exgobernador —incluidos exfuncionarios y colaboradores históricos— recibieron disculpas por WhatsApp. Por esa misma vía habían sido enviadas las invitaciones digitales para asistir a la ceremonia.
La boda está prevista en Zen City, un complejo de torres ubicado en Puerto Madero. En uno de esos departamentos, Alperovich cumple prisión domiciliaria luego de haber sido condenado en junio de 2024 por el juez Juan Ramos Padilla a 16 años de prisión por abuso sexual contra una de sus colaboradoras.
Este año, al cumplir 70 años, obtuvo el beneficio de la detención en su domicilio por razones de salud.
La reducción de la lista sorprendió a muchos de los invitados, que ya tenían pasajes comprados y hasta habían preparado el traje para el evento. Solo dos testigos acompañarán al exgobernador en esta nueva unión, que será su segundo casamiento, tras su divorcio de Beatriz Rojkés, madre de sus cuatro hijos.
La relación y los años previos
Mirra visitó a Alperovich con frecuencia en el penal de Ezeiza durante la etapa de prisión preventiva.
Luego ambos se instalaron en la exclusiva torre de Puerto Madero, convivencia que se consolidó antes de iniciar los trámites formales para la boda.
El antecedente de Cristina Kirchner y el temor a nuevas restricciones
En el entorno del exgobernador señalaron —con suma cautela— que la decisión de reducir al mínimo la cantidad de personas presentes también responde a un temor concreto: evitar cualquier situación que pudiera derivar en nuevas restricciones judiciales para Alperovich.
La preocupación se reactivó tras el episodio reciente que involucra a Cristina Fernández de Kirchner, quien recibió a nueve economistas en su departamento en Constitución.
El juez federal Jorge Gorini consideró que ese encuentro excedía los límites autorizados y dispuso restricciones estrictas: visitas de hasta dos horas, dos veces por semana, con un máximo de tres personas por vez.
Esa señal —interpretada como un mensaje para todos los beneficiarios de prisión domiciliaria— habría sido determinante para “bajar” la lista de invitados a la boda de mañana jueves, evitando cualquier situación que pudiera interpretarse como una violación de las reglas impuestas por la Justicia.