El nuevo incremento salarial surge de una paritaria firmada por Villarruel y Menem, que también impacta en los trabajadores legislativos. Crece la polémica por las dietas de los legisladores.
A partir del mes de junio, los senadores nacionales percibirán un sueldo bruto mensual de $9.504.160, producto de un nuevo acuerdo paritario firmado por las autoridades del Congreso con los gremios que representan a los trabajadores legislativos.
La suba, que representa un aumento de aproximadamente $360.000 respecto al ingreso anterior, se debe a un ajuste del 3,95% acumulado para los meses de marzo, abril y mayo. Esta actualización también alcanza a las dietas legislativas, ya que desde abril del año pasado los senadores aprobaron una resolución que “engancha” sus ingresos a los aumentos del personal del Congreso.
Según ese esquema, las dietas de los legisladores se calculan en base a 4000 módulos, distribuidos en tres ítems: 2500 por dieta, 1000 por gastos de representación y 500 por desarraigo (este último, no percibido por cuatro senadores). Con el valor del módulo actualizado de $2.376,04, el ingreso bruto mensual alcanza los $9,5 millones.
Si la actualización se aplica de manera retroactiva —como ya se dispuso para el personal legislativo— el monto total que podrían cobrar los senadores este mes sería aún más elevado.
Una suba en medio de tensiones políticas
El aumento se produce a poco más de un mes de la última actualización, ocurrida en abril, cuando venció el congelamiento que los propios legisladores habían votado en agosto de 2023. En ese momento, la suba de sus dietas de 2 a 4,5 millones generó una fuerte reacción del presidente Javier Milei, quien calificó la medida como “una provocación a la gente”.
Ese congelamiento expiró el 31 de diciembre, y para entonces ya había señales internas de que los bloques del Senado habían dejado de impulsar límites al ingreso de los legisladores. De hecho, en marzo, el nuevo congelamiento propuesto por la vicepresidenta Victoria Villarruel no prosperó: la mayoría de los jefes de bloque lo rechazó en Labor Parlamentaria.
Con este nuevo ajuste, se reaviva la polémica por el salario de los legisladores, que en menos de un año pasaron de cobrar $2 millones a más de $9,5 millones en bruto, en un contexto económico en el que buena parte de la población aún enfrenta dificultades para cubrir los gastos básicos.