Desde Aguilares, una ciudad del sur tucumano frecuentemente afectada por tormentas e inundaciones, Cristofer Brito comenzó a construir, desde muy joven, un camino profesional que hoy lo tiene como una de las caras visibles del Servicio Meteorológico Nacional en la provincia. Su historia está marcada por la pasión, la perseverancia y una meta clara: dedicarse al estudio del clima.
“Desde los 14 o 15 años empezó mi curiosidad por aprender sobre meteorología, fomentada por mi abuelo, que siempre era mi compañero para aprender todo lo relacionado al cielo”, recuerda Cristofer. Aquella “llama interna”, como él la llama, fue creciendo hasta convertirse en vocación. Pero no era solo una cuestión de admiración por el cielo: había un factor personal que también pesaba. “Pasamos muchas inundaciones, mi casa estaba en una zona baja que con tormentas intensas nos inundábamos fácilmente, y eso fue el disparador principal para estudiar y poder anticipar mejor estos fenómenos”.
Los obstáculos fueron muchos, sobre todo los económicos. En aquellos años, para estudiar meteorología había que trasladarse a Buenos Aires, algo imposible para su familia. “Mis padres no tenían el sustento monetario para ir a vivir y mantenerme allá mientras estudiaba una carrera que tiene una duración entre 6 y 9 años”, explica. Por eso eligió una alternativa cercana: la carrera de Geografía en Monteros, que no solo incluía meteorología, sino también otras materias que le interesaban, como hidrografía o geomorfología.
Se recibió después de seis años y justo entonces apareció la oportunidad que cambiaría su rumbo: un llamado del SMN para el curso de Observador Meteorológico, que combinaba clases virtuales con prácticas presenciales en el aeropuerto Benjamín Matienzo. Aunque eso implicaba viajar constantemente desde Aguilares, no lo dudó. “Cuando terminé la carrera de Geografía, saltó la chance de especializarme en meteorología. Fue una mezcla de parte virtual en la plataforma del Servicio Meteorológico y práctica en el aeropuerto, ya que allí está la oficina del SMN en Tucumán”.
En diciembre de 2019, apenas unos meses después de completar la formación, fue convocado por el SMN y comenzó a trabajar como Observador Meteorológico en el Aeropuerto Benjamín Matienzo. Hoy no solo cumple esa función, sino que también es el encargado de la oficina meteorológica del aeropuerto y responsable de prensa del SMN en Tucumán.
A pesar de todo, Cristofer sigue viviendo en Aguilares. “Me conviene mucho más que vivir allá ya que mis turnos en el aeropuerto no son todos los días, son rotatorios. El resto de mis funciones se pueden hacer desde casa”.
Su paso por la docencia también fue clave. “El ser profe ayudó bastante, el ya tener una base profesional para comprender mejor fue clave para avanzar más rápido en esa especialización sobre meteorología”, sostiene. Aunque no se imagina volviendo al aula, asegura que su rol docente sigue vigente: “La docencia la aplico en cada entrevista, en cada charla, en cada posteo que hago en mis redes para que todos aprendan”.
Mirando hacia atrás, se siente orgulloso de lo que logró. “A pesar de los embates de la vida, con dos pérdidas importantes como mi abuelo y mi novia, aun así tener el coraje para seguir es para estar orgulloso de mí mismo”.
Hoy Cristofer es una figura reconocida por muchas personas que siguen sus informes del clima, sobre todo en redes sociales. “Todavía me sigue asombrando cuando voy a algún lugar y gente me saluda, me pide fotos, me pregunta por el pronóstico. Siempre fui de un perfil bajo”.
También tiene claro que su trabajo no es solo informar, sino hacerlo con responsabilidad. “Es un compromiso, porque tenés que informar correctamente sin llegar a generar pánico. A su vez, necesitás ser específico y sintético a la hora de dar el informe, pero que no deje de lado las características principales que pueda traer esa tormenta”.
Sobre el estado de la meteorología en Tucumán, es sincero: “Lamentablemente Tucumán está muy detrás en el aspecto de la meteorología, no se le da la preponderancia que debería tener. Pero es algo que pasa también a nivel país”.
Cristofer tiene claro cuál es su sueño pendiente: “Seguir difundiendo la meteorología por la provincia, que todos puedan conocer lo que hacemos y que muchos logren saber cómo funciona mínimamente la atmósfera y por qué es tan complicado predecir lo que pueda pasar”.
Y si hoy tuviera que dar un consejo a algún chico o chica de Aguilares que sueñe con trabajar con el clima, su mensaje es claro: “Estudien, sean profesionales en lo que quieran hacer y traten de ser siempre los mejores. Problemas en la vida tenemos todos, pero lo importante es superar nuestros problemas y, si nos caemos, levantarnos para seguir”.
Cristofer Brito junto a sus hermanos.