Andrea Moreno, jugadora de Aguará Guazú de Aguilares, está viviendo uno de los momentos más importantes de su carrera deportiva: forma parte del seleccionado argentino de rugby femenino que disputa este fin de semana la última etapa del World Rugby Sevens Challenger Series en Los Ángeles, Estados Unidos. Las Yaguaretés compartirán el Grupo B junto a China —rival del debut este sábado a las 15.06 h—, Irlanda (17.45 h) y Sudáfrica (domingo a las 14 h).
La joven de Juan Bautista Alberdi no solo integra el plantel, sino que fue parte de las tres etapas anteriores del circuito junto a otras dos tucumanas: Azul Medina y Candela Delgado, jugadoras de Cardenales. Las tres fueron nuevamente convocadas por el entrenador Nahuel García, consolidando su lugar en la elite del rugby argentino.
Andrea comenzó su camino en el deporte de la ovalada en el Alberdi Rugby Club, gracias al impulso de su hermana. “Comencé rugby en Alberdi por mi hermana, ella fue la que me invitó e insistía para que vaya”, recuerda. Desde ese primer contacto con el deporte, su carrera fue en ascenso. “La primera vez que me puse la camiseta de la selección tenía 20 años y la verdad que fue algo muy especial para mí, ya que era un logro grande”.
Andrea Moreno, junto a su hermana Milagros Ortega, con quien compartió los primeros pasos en el rugby.
Hoy, representando a Argentina en un torneo internacional y en suelo estadounidense, la emoción es plena: “El momento más emocionante tal vez es ahora, porque es la primera vez que tenemos esta gran oportunidad de jugar a este nivel y es lo que venimos buscando hace muchos años”.
Ser de Alberdi y representar a Tucumán implica para ella un profundo sentido de pertenencia y responsabilidad: “Representar a Alberdi y Tucumán para mí es una responsabilidad grande y lo hago con todo el respeto que se merece. Me da mucho orgullo decir que soy de Tucumán y más que nada de Alberdi. Porque es muy difícil para nosotras las del interior poder lograr estos objetivos en el deporte”.
En su palmarés ya figura un doble título sudamericano: “El logro que más me marcó fue ser Bicampeona Sudamericana y hoy poder estar compitiendo a este nivel tan profesional”. Sin embargo, más allá de los logros, lo vivido en este circuito internacional la marcó profundamente: “La experiencia fue increíble, jugamos bien y nos dimos cuenta que realmente podemos estar en un circuito mundial, a pesar de que sabemos que es duro, estuvimos a la altura”.
Andrea Moreno celebrando el bicampeonato sudamericano
Andrea no olvida a quienes la acompañan siempre: “Mi familia juega un papel muy importante, son ellos los que hacen que todo sea más fácil para mí, porque me brindan hasta lo que no tienen para que no me falte nada y hacen todo para que pueda estar sin preocupaciones. Que es esencial para un deportista”.
Andrea junto a sus familiares, quienes la acompañan y apoyan en cada momento de su carrera deportiva
También observa con optimismo la evolución del rugby femenino: “Veo bien el futuro del rugby, hay nenas de 13 años jugando ya y eso es algo que antes no se veía. Hoy las chicas que suben a primera, ya hicieron su carrera en juveniles, llegan mucho más preparadas. Antes directamente jugábamos en primera porque no había más jugadoras”.
Para las chicas que recién empiezan, deja este mensaje: “Que se anime, que es un deporte increíble, que podrá encontrar amigas, momentos y muchas oportunidades de crecer en todos los aspectos”.
Aunque no oculta su ambición: “Mi sueño es jugar el circuito mundial”. Y sus referentes también la inspiran: “Siempre escucho mucho a Messi, creo que es la excelencia en persona, como deportista y como ser humano. Y en el rugby siempre veo mucho a Charlotte Caslick, una jugadora de Australia, que me gustó siempre como juega”.
Andrea recuerda que en Alberdi siempre hubo mucho talento: “En Alberdi siempre hubo muchas buenas jugadoras, en algún momento llegamos a ser cinco convocadas para selección”.
Sin embargo, también reconoce que el rugby necesita más respaldo: “Creo que falta mucho apoyo, porque para desarrollarse necesitas gente que trabaje y te apoye a nivel institucional. Más allá de todo, el rugby demanda muchos gastos y muchas cosas que no se ven. Estaría bueno que se apoye más para que eso motive a los demás a trabajar y a las mismas jugadoras a comprometerse e invertir en este deporte”.
Sobre su presente en Estados Unidos, dice: “Esta experiencia la estoy disfrutando y viviendo al máximo. Imaginate que estoy en Estados Unidos, algo que en algún momento fue un sueño. Hoy lo estoy haciendo realidad. Así que viviéndolo al máximo, disfrutando cada momento, más allá de lo deportivo, también los momentos libres y conocer tantos lugares a través del deporte es una gran oportunidad”.
Llevar la camiseta argentina tiene un valor incomparable: “Representar a Argentina siempre será único y especial. Donde sea que me toque. Pero en este nivel es un logro que veníamos buscando hace mucho y es muy satisfactorio poder estar”.
También destaca la unión del equipo: “Tengo muchas buenas sensaciones, creo que el equipo está muy bien y muy conectado. Creo que podemos lograr muchas cosas juntas, así que estamos en la misma sintonía y eso es algo muy importante. El ambiente es muy bueno porque estamos todas con el mismo objetivo, el mismo enfoque y las mismas ganas”.
El camino hasta aquí no fue fácil: “El año pasado tuve un altibajo que la verdad me costó mucho remontar para poder volver a estar. Es parte del proceso, pero creo que lo que me ayudó a estar aquí es básicamente la disciplina, el aprender que hay momentos, buenos o malos, pero que no podés dejar de entrenar y estar enfocada si ese es tu objetivo”.
El hecho de haber nacido y crecido en el interior le dio una fortaleza especial: “Ser de Alberdi fue la ventaja. Siempre todo me costó el doble: desde viajar a jugar como viajar a los entrenamientos en San Miguel o los viajes a concentración en colectivo que siempre queda todo más lejos. Siempre un poco de doble esfuerzo. Entonces valoré mucho más todas las oportunidades que se me dieron e hice valer cada esfuerzo de levantarme tan temprano o de viajar tantas horas para ir a entrenar o jugar. Cuando estás lejos, es todo un poco más de esfuerzo, pero también te da la oportunidad de ver muchas cosas y valorar más”.
Con un pie en el presente y otro en el futuro, Andrea ya piensa en retribuir al deporte todo lo que le dio: “Disfruto mucho de este momento, pero también pienso a futuro. Me gustaría mucho enseñar y poder brindar lo que aprendí. Me gustaría capacitarme para poder hacerlo, porque uno como jugadora tiene experiencia, pero para transmitir eso hay que tener una preparación diferente. Y sí, me veo haciéndolo. Ojalá que se dé en algún momento. Todo lo que esté relacionado con el deporte. Creo que básicamente es a lo que estamos destinados los deportistas. Más allá de lo personal que cada uno puede desarrollar, no me veo lejos de una cancha”.