Un episodio confuso y dramático sacudió a Tupungato, Mendoza, cuando una vicedirectora escolar fue detenida bajo la sospecha de distribución de material de abuso sexual infantil. La investigación había comenzado tras una alerta internacional: una ONG de Estados Unidos notificó que una cuenta en YouTube radicada en la provincia intentaba subir un video de contenido erótico con una menor.
Lo que en principio parecía un caso grave de explotación sexual terminó revelando una verdad inesperada: la niña que aparecía en el video era la propia nieta de la docente, quien se había grabado imitando un reto viral con un celular en desuso que encontró en la casa de su abuela.
Una investigación con un desenlace impensado
El 7 de agosto, el Ministerio Público Fiscal dispuso tres allanamientos simultáneos en viviendas de Tupungato, entre ellas la de la vicedirectora y las de sus hijos. En la casa de la educadora, las autoridades secuestraron un teléfono que habría sido utilizado para filmar e intentar subir el video.
Con esa prueba, la policía se presentó en el colegio donde trabajaba la mujer y la detuvo frente a docentes y alumnos. Pasó siete horas presa, acusada de un delito que no entendía.
Su abogado, Juan Franco Ferraris, relató a Infobae que desde el primer momento advirtió inconsistencias: “Ella no entendía de qué le hablaban. Cuando accedimos al expediente y vimos el video, reconocí a una de sus nietas. Era evidente que se trataba de un error”.
La confesión de la menor
La investigación avanzó hacia la familia de la docente. En Cámara Gesell, la niña de 11 años reconoció haber filmado el video con un celular rosa que encontró guardado entre medicamentos en la casa de su abuela. Explicó que había visto a compañeras mayores grabarse de manera similar en la escuela y que, siguiendo esa dinámica, intentó hacer lo mismo.
El material había sido filmado la madrugada del 15 de junio, Día del Padre. Al subirlo a YouTube, la plataforma lo bloqueó automáticamente y lo reportó como posible contenido de explotación infantil, lo que disparó la cadena internacional de alertas.
El impacto personal y profesional
Pese a que el error quedó aclarado, la vida de la docente dio un vuelco. Estuvo privada de la libertad, fue degradada de su cargo directivo a tareas administrativas y, una semana más tarde, apartada completamente sin goce de sueldo. Antes del escándalo, estaba a un mes de concursar para convertirse en directora titular y a dos años de su jubilación.
La fiscalía, a cargo de Pablo Fossarolli, solicitó el sobreseimiento, al no hallarse en los dispositivos electrónicos ningún material de producción o distribución de abuso sexual infantil. Sin embargo, la decisión final depende del juez.
El abogado de la mujer advirtió que las consecuencias ya son irreparables: “Tupungato es un pueblo pequeño. Todos saben quién es la docente y quién es la nieta. A ambas les arruinaron la vida. La niña debió atravesar pericias, una Cámara Gesell y sufrió bullying en la escuela. La vicedirectora no puede salir a hacer compras ni a tomar un café sin ser señalada”.
“Ellos evalúan irse del pueblo para empezar de nuevo”, dijo Ferraris, mientras aguardan que el juez confirme el sobreseimiento.