«La obra pública se termina. No tenemos plata”. La frase del presidente electo Javier Milei (La Libertad Avanza) durante una entrevista resonó especialmente en las provincias. El recambio de gestión en la Rosada mantiene en vilo a las administraciones provinciales, por los cambios que se prevén en las reglas de juego. En Tucumán, el ministro de Obras Públicas, Santiago Yanotti, ya se encuentra en contacto con asesores del próximo mandatario nacional y con el posible secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo.
Los conoció mientras ocupó los roles de subsecretario en la Secretaría de Energía nacional y de vicepresidente de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa). El tucumano ya tiene anotada en su agenda una cita con Rodríguez Chirillo, para conocer los detalles del nuevo esquema de trabajo.
“Después de que asuman, nos vamos a ir a instalar a Buenos Aires para ver las condiciones y planes que tienen. Estamos trabajando con otros colaboradores de Milei. Necesito saber cuáles son sus ideas: si vamos a ir a una pista de hielo, para usar patines o si vamos a jugar al fútbol para llevar botines”, graficó en una entrevista en el living de LA GACETA PLAY.
-¿Qué opina de los dichos de Milei?
-El Presidente está acomodando sus equipos de gestión. La instrucción del gobernador, Osvaldo Jaldo, es que la obra seguirá. De hecho, hizo un importante reacomodamiento del Presupuesto para garantizar que se pueda seguir con obras que son necesarias. Impactan en mano de obra, en el sector privado, en los corralones. Gran parte de los trabajos generan y producen. Vamos a esperar a que asuman el presidente y sus funcionarios y vamos a ver cuáles son las condiciones y planes que tienen y hasta dónde Tucumán puede adaptarse. Independientemente de lo que el Gobierno nacional pueda definir, hay una clara decisión de mantener el ritmo. Se me encomendó que las reparticiones estén en la calle trabajando.
-El sistema que menciona para que las obras nacionales sigan pero en manos privadas ¿Es factible?
-Hay algunos nichos en los que es más factible que en otros. Es más entendible que lo sea en los que pueda haber una contraprestación para el particular que hace uso de la obra. Por ejemplo, la autopista a Las Termas, si es que se privatiza y se cobra peaje, con el tránsito que habrá, quizás algún privado puede interesarse en esa inversión. Pero hay obras, como las defensas del río Marapa o Lamadrid, en las que el beneficio es evitar una inundación (que no hay un beneficio económico para un privado). O en las obras de energía, porque es un negocio generarla. Eso hablamos con el gobernador para que Tucumán se suba como todas las provincias del país a ser generadora.
-¿Las constructoras le han trasladado inquietudes?
-Si, por supuesto. La incertidumbre es natural, porque hubo una elección y la ciudadanía eligió. El presidente electo tuvo mucha honestidad intelectual y contó cuál era su plan y el porqué. Ahora tenemos que acomodarnos a las pautas que nos den. Hoy es muy importante la participación del Gobierno nacional en las obras. Si va a cambiar, vamos a adaptarnos. Por suerte en Tucumán tenemos un gobernador que decidió priorizar las partidas y destinarlas. Tenemos la tranquilidad de que si hacemos el trabajo técnico, el compromiso político de los fondos está.
-¿Qué tipo de obras se priorizará según el Presupuesto?
-Esto de tener frentes de obras de Vialidad. Haremos controles de peso a los camiones y eso lo estamos hablando con el sector productivo. Repavimentaremos los caminos, pero si los camiones van con más peso del que el pavimento aguanta, se romperá antes. Tendrán que poner dinero para las reparaciones. Tenemos convenios por 7.000 viviendas entre Procrear y Casa Propia y tenemos que ver cómo se reestructura. Además de la infraestructura asociada de esos barrios. Las obras de la nueva cárcel y del Registro Civil son muy importantes. Las de agua potable también, son obras de optimización de la infraestructura. Por ejemplo, las que pueden reactivar válvulas que están paradas hace 60 años y quedaron abandonadas. También prevemos pozos de agua en zonas estratégicas.
LA GACETA