El gobernador Osvaldo Jaldo admitió que la reforma del sistema electoral en Tucumán no avanzará durante el actual período legislativo y que su tratamiento quedará postergado, al menos, hasta 2026. La decisión responde a la falta de consensos políticos dentro de la Legislatura y a las tensiones internas que atraviesan tanto al oficialismo como al escenario parlamentario en general.
La definición se terminó de consolidar tras una reunión mantenida este lunes en Casa de Gobierno entre el mandatario, el vicegobernador Miguel Acevedo y el presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla, en la que se evaluó el estado real de las negociaciones y las dificultades para alcanzar acuerdos amplios que permitieran avanzar con una reforma de fondo.
Ante la prensa, Jaldo reconoció que el Ejecutivo y el Poder Legislativo venían trabajando sobre distintas iniciativas, pero subrayó que nunca estuvo en consideración impulsar cambios sin respaldo político suficiente. “Queríamos sacar una reforma con consenso”, señaló, al tiempo que remarcó que cualquier modificación del sistema electoral impacta directamente en intereses partidarios diversos y en equilibrios propios del sistema democrático.
En ese marco, comenzó a perder fuerza la posibilidad de que el año legislativo cierre con modificaciones estructurales, como la reducción de los acoples, la paridad de género, la incorporación de nuevas herramientas electorales o cambios en el régimen vigente. Aunque la reforma nunca fue retirada formalmente de la agenda, el propio gobernador admitió que hoy no están dadas las condiciones políticas para avanzar.
Las señales institucionales reforzaron esa lectura. Entre ellas, la ausencia en la agenda oficial de la Legislatura de la reunión conjunta entre las comisiones de Asuntos Constitucionales e Institucionales y Legislación General, que debía servir para consensuar dictámenes. Ese encuentro quedó supeditado a definiciones del Ejecutivo y finalmente no se concretó.
Según fuentes legislativas, de los ejes que continuaban en análisis tras haberse descartado la boleta única electrónica, acoples, ficha limpia, puntaje para docentes que actúen como autoridades de mesa y otras modificaciones menores solo algunos aspectos puntuales podrían haber avanzado, aunque sin impacto estructural. El otorgamiento de puntaje a docentes apareció como el tema con mayores posibilidades de tratamiento, al ser considerado el menos conflictivo.
Desde el oficialismo reconocieron que el proceso de discusión no logró cohesionar posiciones internas ni generar acuerdos sólidos con la oposición. Frente a ese escenario, se impuso la decisión de postergar el debate para evitar una votación apresurada que pudiera derivar en mayor tensión política e incertidumbre institucional. “No nos vamos a dejar apurar”, afirmó Jaldo, al remarcar que el Gobierno provincial no enfrenta urgencias electorales inmediatas.
El mandatario también relativizó la incidencia del sistema electoral en los resultados políticos. Recordó que el frente oficialista obtuvo un triunfo contundente en las últimas elecciones nacionales, incluso bajo un esquema distinto, y sostuvo que el mecanismo de votación no fue un condicionante determinante del respaldo ciudadano.
En relación con la paridad de género, Jaldo reconoció que se trata de uno de los puntos con mayor nivel de consenso político, aunque aclaró que su eventual tratamiento dependerá de la dinámica parlamentaria y de la voluntad de los distintos bloques. No se descartó que esa iniciativa pueda abordarse de manera individual o integrada a una reforma más amplia en el futuro.
Por último, en Casa de Gobierno señalaron que no se descarta que el Gobierno nacional impulse modificaciones electorales en el corto plazo, lo que podría volver a alterar el escenario político. Con elecciones provinciales previstas recién para 2027, el Ejecutivo tucumano considera que existe margen suficiente para retomar el debate en 2026 y avanzar hacia una reforma más sólida y consensuada.

