Juicio a la banda de escruchantes

Juicio a la banda de escruchantes: “A mis viejos les dio un pico de presión”

Una de las víctimas se refirió al hecho ocurrido el 27 de marzo del 2021 en avenida Mate de Luna al 4.400. El material fílmico permitió la identificación de los integrantes y los vehículos en los que se movilizaban. “Estos hechos calan en lo más hondo del ser humano porque el lugar más sagrado es el hogar”, señaló el Fiscal de Robos y Hurtos I del MPF.

Continuando con las jornadas (número 16) del juicio contra Miguel Antonio “La Gata” Lizárraga, el Ministerio Público Fiscal presentó a sus testigos en el marco de la causa con la que se juzga a la banda de escruchantes. En esta ocasión, miércoles 21 de junio, el fiscal de la Unidad Especializada de Robos y Hurtos I, Diego López Ávila, llamó para testificar ante el tribunal a una de las víctimas del hecho ocurrido el 27 de marzo del 2021, en horas de la noche, cuando Lizárraga y Luis Ricardo Carreras, acompañado de otros, ingresaron a una casa de Mate de Luna al 4.400. Allí se alzaron con una importante cantidad de joyas de oro y plata, relojes antiguos y 200 mil pesos y 6 mil dólares. “Se robaron muchas joyas y dinero en efectivo, en ese hecho intervinieron dos vehículos que fueron captados por las cámaras de seguridad como así también los sujetos involucrados. Uno de los rodados fue secuestrado al día siguiente por personal de la División de Robos y Hurtos de Yerba Buena, donde iban dos de los ocupantes a bordo. Estos hechos calan en lo más hondo del ser humano porque el lugar más sagrado es el hogar y lo que provocan son un daño tremendo más allá del patrimonial (que es enorme). Sobre todo, el daño psicológico. Hay gente que no duerme tranquila cada vez que siente el más mínimo ruido, incluso, hasta hoy no han podido recuperar todo lo sustraído. Estas circunstancias van a ser ponderadas por el MPF al momento de pedir la pena”, afirmó López Ávila.
Por su parte, el joven víctima relató: “Todo estaba tirado y las puertas rotas. Para mis padres fue estresante la situación. A mis viejos les dio un pico de presión. En el momento, mi papá se agarró el pecho. Las perras (tiene dos) estaban golpeadas porque rengueaban. Fue un golpe muy duro. Las joyas para mi mamá tienen un valor sentimental, algunas de ellas, son recuerdos personalizados de mi abuela”.
Sobre el material fílmico aportado por las cámaras de un vecino, el testigo describió la escena: “Actuaron en 25 minutos. Llegaron en un automóvil (Peugeot de color gris), estacionaron y pusieron las balizas (para luego ubicarlo en la zona del garaje). Tocaron el timbre como si buscaran a alguien. Se ve también estacionar al frente a otro vehículo (Ford Fiesta de color blanco)”. Al referirse al daño emocional, el damnificado indicó: “Cuando se vive una situación de estrés así, uno desconfía de todos. Al poco tiempo mis padres se enfermaron. El daño emocional y económico no se compara. Siempre preguntan por las joyas porque es un daño latente. Vivimos con alarmas. Antes del hecho mi mamá no tenía enfermedades (no está en condiciones de declarar ante el tribunal)”. Los testimonios retomaran el día viernes, con la declaración del personal policial y peritos del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF).

El hecho

El 27 de marzo de 2021, a las 21:55 horas aproximadamente, en circunstancias que las víctimas (una pareja de adultos y su hijo) se habían retirado de su vivienda en avenida Mate de Luna al 4.400 quedando la misma temporalmente sin moradores fue que Miguel Antonio “La Gata” Lizárraga y Luis Ricardo Carreras junto a sujetos no identificados, previo acuerdo de voluntades y división de tareas que cada uno desempeñaría, se apersonaron afuera de la vivienda antes mencionada a bordo de un automóvil marca Peugeot de color gris y un automóvil marca Ford Fiesta de color blanco, siendo que mientras algunos aguardaban en el interior de los rodados para alertar a sus compañeros de cualquier peligro que pudiera impedir el objetivo de todos y para facilitar la posterior huida, otros descendieron de los vehículos. A continuación, procedieron a romper las tres puertas de ingreso a la vivienda (una de ellas ubicada en el frente de la morada y otras dos de acceso directo a la misma) y una vez dentro del domicilio se dirigieron hasta la planta alta de la morada, rompieron la puerta de la habitación de los padres que se hallaba cerrada y allí destruyeron la puerta de un vestidor, lugar de donde sacaron gran cantidad de joyas de oro y plata, como así también de fantasía y relojes. Asimismo, del interior del vestidor tomaron la suma de $200.000 y entre 6.000 dólares aproximadamente, además de perfumes. A posterior se dirigieron hacia la habitación del hijo y de su interior tomaron la suma de $40.000. Del sector de la cocina y del living sacaron una filmadora y una máquina de cortar fiambre. Luego de ello, los imputados junto a los demás sujetos no identificados se dieron a la fuga llevándose consigo los elementos de mención.