Julián no tenía que morir”: a un año de la tragedia en el ingenio La Corona, su familia reclama justicia y denuncia abandono

El joven obrero Julián Agustín Bulacio falleció el 11 de julio de 2024 tras sufrir quemaduras gravísimas mientras manipulaba una cisterna con alcohol. Su padre acusa negligencia empresarial, falta de controles y un sistema de seguridad ineficiente. La causa judicial, sin imputados, sigue sin avances concretos.

El pasado viernes 11 de julio se cumplió un año del fallecimiento de Julián Agustín Bulacio, el joven de 24 años que murió tras un accidente laboral en el ingenio La Corona. A doce meses de la tragedia, su familia insiste en que el hecho fue evitable y denuncia una preocupante falta de respuestas por parte de la Justicia y de la empresa.

En diálogo con Noticias del Interior, su padre, Gerardo Bulacio, relató con detalle lo ocurrido y las irregularidades que, según sostiene, fueron determinantes en la muerte de su hijo.

“El día del accidente me contacté yo con el gerente para saber cómo quedaba Julián con respecto al gremio. Ellos se comprometieron a pagar el sepelio y lo hicieron, pero después no colaboraron en nada más. Nunca hubo una disculpa formal del ingenio”, contó Gerardo. Durante la internación del joven en el Hospital Centro de Salud de San Miguel de Tucumán, la familia prefirió mantener un trato respetuoso con la empresa, a la espera de una evolución que finalmente no ocurrió. Julián murió el 11 de julio de 2024, ocho días después de la explosión.

Julián tenía una hija pequeña, que hoy crece sin su padre.

La familia, que actúa como querellante en la causa penal, no ha tenido contacto directo con el fiscal. “Yo no lo conozco. La querellante formal es mi nuera, pero ella me delegó a mí el seguimiento. No hemos tenido respuestas. Y lo más grave es que todavía no hay imputados”, señaló.

Durante el proceso judicial se realizó una inspección ocular en el lugar del accidente. Gerardo pudo ingresar personalmente al sector de carga donde ocurrió la explosión: “Me permitieron pasar, pero no con teléfono ni fotos. Solo quería observar. Yo conozco cómo funciona una cisterna, y vi muchas falencias. El sistema de apagado de incendios no era automático. Julián quedó solo, expuesto al fuego directo. Eso es lo que lo mató”.

Según relató, el jefe de Seguridad e Higiene del ingenio responsabilizó directamente a Julián por lo ocurrido, algo que la familia refuta con pruebas. “Él dijo que fue negligencia de Julián, que tenía todo lo necesario. Es mentira. Julián pedía protección y muchas veces se compraba él mismo sus elementos. No tenía mameluco anti-flama, ni antiparras. Si hubiera tenido eso, no estaríamos hablando de una muerte”.

El silencio del ingenio y la lentitud judicial han profundizado el dolor de los Bulacio. “Nos sentimos abandonados. Si no vemos avances cuando vuelva la feria judicial, vamos a empezar a marchar los días 11 de cada mes”, anticipó.

Gerardo también denunció que tras la muerte de Julián se produjeron otros accidentes laborales en ingenios de la zona, lo que –según su interpretación– restó visibilidad mediática al caso. “Yo no soy violento, respeto los tiempos judiciales, pero esto no puede quedar así. Julián no tenía que morir. Necesitamos que se sepa la verdad y que se señale a los responsables. No pedimos venganza, pedimos justicia”.