El máximo tribunal del país rechazó un recurso extraordinario presentado por los representantes de la familia de la víctima y dejó firme la absolución del efectivo policial Mauro Matías Navarro, quien en un primer juicio había sido condenado a prisión perpetua por la muerte de Miguel Reyes Pérez, un joven de 24 años señalado como presunto asaltante.
El hecho ocurrió el 24 de diciembre de 2016 en el barrio San Cayetano, cuando Navarro y su compañero Gerardo Figueroa, ambos pertenecientes al 911, perseguían a un sospechoso de haber cometido un robo. Según la versión policial, Reyes Pérez se habría ocultado en un pasillo y, al verse acorralado, extrajo un revólver calibre 32 con el que amenazó a Navarro. El efectivo, que portaba una escopeta con postas de goma, aseguró haber disparado por temor a perder la vida en medio de un forcejeo con una mujer que intentó intervenir.
En el juicio oral, Navarro fue condenado a cadena perpetua por los jueces Fabián Fradejas (en disidencia), Luis Morales Lezica y Gustavo Romagnoli, mientras que Figueroa fue absuelto. La defensa del policía, a cargo del abogado Gustavo Carlino, apeló la decisión ante la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, que revocó la condena. Los jueces Daniel Leiva, Antonio Estofán y Eleonora Rodríguez Campos sostuvieron que no se había probado que Navarro actuara con otra intención que no fuera la legítima defensa. Daniel Posse votó en disidencia.
La querella, encabezada por Pablo Gargiulo y Emilio Guagnini, llevó el caso hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación, alegando arbitrariedad y una errónea aplicación del principio de in dubio pro reo. Sin embargo, los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti declararon inadmisible el recurso extraordinario, dejando así firme la absolución.
El caso, que generó amplio debate en Tucumán, reavivó la discusión sobre los límites del uso de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad y la delgada línea entre la legítima defensa y el abuso policial.