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Mercofrut en alerta: la crisis económica golpea a los puesteros y obliga a rematar mercadería

Los pasillos del Mercofrut, el principal mercado frutihortícola del norte argentino, hoy reflejan una cruda realidad económica: la fuerte retracción del consumo está obligando a los puesteros a rematar la mercadería estacional para evitar pérdidas millonarias. La incertidumbre y la resignación se palpan en el que solía ser un bullicioso centro de distribución, según se pudo saber a través de un informe de El Ocho.

Lo que hasta hace poco era un incesante ir y venir de changarines, comerciantes y camiones, ahora se ha transformado en un escenario de lentitud y preocupación. La demanda cayó de forma notoria, arrastrando consigo los precios y la rentabilidad de quienes, día a día, intentan mantener a flote sus negocios. “Estamos vendiendo menos y más barato. Así no se aguanta”, lamentó uno de los puesteros, mientras acomodaba cajones de zapallitos, sabiendo que su valor disminuye con cada hora que pasa.

La estacionalidad como verdugo

La particularidad de la mercadería estacional, que no espera y requiere una rotación constante, agrava la situación. Los puesteros se ven forzados a bajar los precios no como una estrategia comercial, sino como un salvavidas desesperado para evitar perderlo todo. “Es eso o perderlo todo”, expresó otro vendedor, con la mirada fija en balanzas vacías, reflejo de una economía que aprieta cada vez más.

Este ajuste forzado de precios, si bien podría beneficiar a algunos consumidores, representa una pérdida directa para productores y comerciantes. A este panorama se le suman los crecientes costos logísticos, de energía y mantenimiento, una combinación explosiva que resiente el eslabón más débil de la cadena. “Es una cadena que se rompe en el eslabón más débil, y somos nosotros”, señalaron varios afectados.

Poder adquisitivo en caída libre

Desde el Mercofrut, la hipótesis principal es que esta tendencia responde al contexto económico general. La población se ve obligada a ajustar su consumo en medio de una crisis que, aunque con cifras de inflación que se desaceleran en los números oficiales, sigue golpeando con fuerza el bolsillo real de los argentinos.

“La fruta está barata, pero igual no se vende. Eso es lo que más preocupa”, resumió un puestero con décadas de experiencia en el oficio, evidenciando que el problema de fondo no es el precio de los productos, sino la alarmante caída del poder adquisitivo de la gente.

Por ahora, la consigna clara en el Mercofrut es vender antes que tirar. La expectativa se centra en que la situación mejore, y que el frío del invierno no llegue antes que los compradores. En este mercado, como en tantas otras trincheras de la economía real, el verdadero termómetro ya no es el clima, sino el cada vez más escaso movimiento de los billetes.

Fuente: El Ocho

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