Hubo cortes y manifestaciones en arterias nacionales y provinciales. En Posadas, se mantiene el acampe policial frente al Comando Radioeléctrico. Rechazo al aumento del 20% otorgado por el Gobierno.
Tras una semana de alto voltaje, que incluyó un intento de ocupar la Legislatura y manifestaciones en las casas del gobernador Hugo Passalacqua y del hombre todopoderoso de la política local, Carlos Rovira, la tensión no cede en Misiones. Este lunes, los docentes tomaron la delantera y realizaron cortes de rutas en distintos puntos de la provincia en reclamo de aumentos salariales, mientras que persiste el acampe policial en Posadas.
La revuelta, iniciada hace más de diez días con un levantamiento policial, fue sumando actores con el paso del tiempo. Ahora, las protestas no solo se supeditan a los uniformados, sino que también incluyen a trabajadores de toda la administración pública misionera, entre ellos maestros y maestras, de la salud y también guardaparques.
Ante la consulta de Ámbito, Ramón Amarilla, vocero del grupo de agentes que mantiene el acampe frente al Comando Radioeléctrico N 1, en la avenida Uruguay, de Posadas, comentó que «la situación sigue siendo la misma». «Por ahora estamos esperando que se nos convoque», precisó respecto a la puesta en marcha de una mesa de negociación con la administración del Frente Renovador de la Concordia (FRC).
Este fin de semana, el gobernador Hugo Passalacqua anunció un aumento del 20% en los salarios de la administración pública central así como también en las jubilaciones y pensiones, una oferta que ya había sido rechazada por los efectivos. Por ese motivo, la medida no logró desactivar las protestas, que este lunes se extendían a lo largo y ancho de Misiones. Passalacqua, por otra parte, se mostró con su antecesor en el cargo y presidente de la Cámara de Diputados local, Oscar Herrera Ahuad.
Además de desnudar el desgaste de un oficialismo longevo -el FRC lleva 21 años en el poder- y las consecuencias del plan Motosierra instrumentado por el Gobierno nacional, en Misiones se expuso una crisis de representatividad que abarca incluso a las conducciones sindicales oficiales, ampliamente cuestionadas por los manifestantes que se volcaron a las calles masivamente en las últimas semanas.