El conflicto en la Cooperativa de Productores Tabacaleros del Tucumán (COPAT), ubicada en La Invernada, escaló este jueves con destrozos, empujones y la intervención de la policía. Mientras un grupo reducido de productores exige el pago de una deuda pendiente, los trabajadores reclaman poder ingresar a cumplir sus tareas y sostener sus fuentes de ingreso.
Desde hace varios días, un grupo de productores tabacaleros mantiene una medida de fuerza en la sede de COPAT, impidiendo el ingreso tanto de la comisión directiva como de los empleados. La protesta, iniciada por la demora en el pago de una deuda, se intensificó hoy con serios incidentes que incluyeron rotura de vidrios, forcejeos en el ingreso principal y la llegada de fuerzas policiales.
Durante la tarde, se hizo presente personal de la Junta Electoral de la cooperativa, acompañado por una escribana y asesoras legales, con el objetivo de ingresar al edificio en el marco del proceso electoral interno que se aproxima. En ese momento, se produjo una tensión creciente entre manifestantes y autoridades. Tras empujones y discusiones, el portón fue abierto y se permitió el ingreso de la comisión directiva junto a empleados, lo que generó un clima de nerviosismo en el predio.
Minutos más tarde, según testigos presenciales, arribaron familiares de los productores que encabezaban la protesta. Algunos de ellos comenzaron a arrojar piedras contra la fachada de la cooperativa, lo que provocó la rotura de los vidrios frontales del edificio. Las imágenes tomadas en el lugar muestran a la policía actuando dentro del inmueble y a personas reunidas en la vereda mientras los restos de vidrio cubrían el piso.
Uno de los trabajadores expresó su desesperación en diálogo con el medio Noticias del Interior: “Somos empleados de COPAT y queremos que abran sus puertas para poder seguir trabajando”, se leía en un cartel sostenido por un grupo de operarios que no pudo ingresar desde el inicio del conflicto. La cooperativa cuenta con unos 80 empleados, quienes ven en riesgo sus fuentes laborales debido a la paralización total de las actividades.
Desde la conducción de COPAT explicaron que la deuda con los productores no se niega, pero aclararon que es necesario vender parte del tabaco acopiado para obtener los fondos y poder cumplir con los pagos. Según explicó Cristian Yobledo, integrante de la conducción, el bloqueo de la planta impide concretar la comercialización del producto, lo que agrava aún más la situación financiera.
Por su parte, Alejandra Luna, una de las voceras de los manifestantes, reclamó la intervención de la Justicia: “No nos vamos hasta que venga la Justicia. Fiscal Ruter, usted hace dos años que tiene durmiendo la causa. Ya no tengo qué llevar a mi casa, no tengo pan, me van a cortar la luz. Hace dos años que la Fiscalía de Delitos Complejos tiene denunciada a esta administración por administración fraudulenta”, manifestó en una entrevista transmitida en vivo, aunque con dificultades técnicas por falta de señal en la zona.
El episodio dejó en evidencia la creciente tensión dentro de la cooperativa, en un contexto de crisis económica y falta de respuestas judiciales que alimentan el malestar de todas las partes involucradas. La intervención de la policía logró calmar momentáneamente los ánimos, pero el conflicto permanece latente.