La actualización se debe a la nueva paritaria de los empleados del Congreso. El sistema de módulos aprobado en 2024 sigue generando polémica en la Cámara alta.
En medio de una sesión marcada por la tensión política, el Senado de la Nación volvió a quedar en el centro del debate por el aumento de las dietas de sus legisladores. A partir de noviembre, los senadores nacionales percibirán más de $10,2 millones en bruto, como consecuencia de la última paritaria acordada entre las autoridades del Congreso y los sindicatos de trabajadores legislativos.
Cómo se llega a la cifra
El esquema actual de sueldos se remonta a abril de 2024, cuando oficialismo y oposición aprobaron en el recinto un sistema de remuneración vinculado al salario de los empleados legislativos. Desde entonces, la dieta de los senadores se compone de 2.500 módulos básicos, más 1.000 por gastos de representación y 500 adicionales por desarraigo, lo que eleva el total a 4.000 módulos. Solo cuatro senadores no perciben el plus por desarraigo.
A este esquema se sumó la incorporación de una “dieta extra” para compensar el aguinaldo, una decisión que también despertó críticas en su momento. La senadora Alicia Kirchner es la única que rechazó este mecanismo, ya que optó por mantener su jubilación en lugar de la dieta.
De los congelamientos al nuevo salto
En 2024, y frente a la controversia pública, la Cámara alta resolvió congelar los haberes hasta fin de año. Más tarde, la vicepresidenta Victoria Villarruel extendió esa medida hasta el 31 de marzo de 2025. Sin embargo, en junio pasado firmó una resolución que desvinculaba su cargo de la decisión sobre las dietas, dejando la responsabilidad en manos de los bloques legislativos. En ese momento, los haberes treparon a más de $9,5 millones en bruto, lo que generó el rechazo del Frente de Todos y posiciones divididas en el resto de las bancadas.
Ahora, con el último acuerdo paritario, los incrementos salariales se aplican de manera directa: un 1,3% más bonos de $25.000 en junio, julio y agosto, y un 1,2% mensual en septiembre, octubre y noviembre, acompañado de bonos de $20.000. El acumulado llega a un 7,52%, lo que actualiza el valor del módulo a $2.554 y dispara las dietas legislativas por encima de los $10,2 millones en bruto.
Reacciones políticas
Villarruel dejó abierta la posibilidad de que cada senador presente una nota para rechazar parcial o totalmente el aumento, aunque la práctica no ha sido extendida. Según información oficial, varios legisladores de La Libertad Avanza, el PRO y la UCR optaron por renunciar al incremento, mientras que la mayoría del kirchnerismo no lo hizo. El caso de la senadora santacruceña Natalia Gadano, que alterna posiciones entre la oposición y el oficialismo, permanece sin aclaraciones pese a reiteradas consultas.
En paralelo, el gremialista Norberto Di Próspero, histórico dirigente de la Asociación del Personal Legislativo (APL), fue reelecto con amplio respaldo, en un resultado que refuerza los lazos entre los sindicatos del Congreso y las autoridades de ambas cámaras.
Un debate recurrente
Los aumentos de los senadores se han convertido en un tema de discusión constante en la opinión pública y entre las fuerzas políticas. La vinculación automática con los sueldos de los empleados legislativos blinda a los legisladores frente a la crítica directa, aunque no logra disipar el malestar social frente a cifras millonarias en un contexto de ajuste económico.