En una esquina cualquiera de Juan Bautista Alberdi, la Nochebuena fue distinta. Mientras muchas familias se preparaban para la cena, en la pollería ubicada en French y Oviedo el humo de las parrillas, el trabajo a pulmón y los gestos simples fueron protagonistas de una escena que conmovió a todo un barrio.
Allí, Antonio Villafañez, conocido por todos como “Tonio”, llevó adelante una iniciativa solidaria que terminó alcanzando a más de 150 vecinos, quienes recibieron de manera gratuita una vianda de pollo asado con ensalada para compartir en la mesa de Navidad.
Tonio es de Santa Ana, departamento Río Chico, y desde hace tiempo trabaja en Alberdi. En diálogo con Carlos Rosznercki – Noticiasdelinterior.com.ar, durante una transmisión en vivo por Facebook, fue claro desde el primer momento:
https://www.facebook.com/share/v/1C3BUT1eik/
“Déjame aclarar primero que con esto no hago con intención de conseguir nada a cambio. Esto surgió hace unos días atrás, la idea de poder ayudar a la gente que realmente necesita”.
Rodeado de parrillas, brasas encendidas y vecinos haciendo fila con respeto, explicó que todo el gasto fue propio, sin aportes externos:
“Sí, todo gasto mío, solo mío. Hace meses que vengo juntando para poder hacer esto”.
La idea era simple, pero profunda: entregar temprano, para que también quienes colaboraban pudieran volver a sus casas y compartir la noche con sus familias. Aun así, la respuesta superó cualquier expectativa.
“Ya dimos más de ciento veinte vianditas y nos quedan muy pocas. La idea era entregar temprano y agradecer a los chicos que están acá, que sin ellos esto no se podía hacer”.
“No es mucho para algunos, pero para otros sí”
Tonio reconoce que lo que entregó puede parecer poco para algunos, pero sabe que para otros significa mucho más que una comida:
“No es mucho quizás para algunos y para otros sí. Pero la idea es ayudar”.
Consultado sobre si era la primera vez que hacía algo así, respondió con humildad:
“Es la primera vez que algo así sale expuesto. Siempre hice cosas por la gente que me conoce, pero esas me las guardo para mí”.
Y ya piensa en lo que viene:
“La idea es que para el 31 podamos hacer más, entregar más cantidad, ojalá Dios nos ayude”.
Los asadores, el fuego y el corazón del barrio
Nada de esto hubiera sido posible sin quienes estuvieron desde temprano junto a las parrillas. Luis José Zaval, conocido como “Leche”, fue uno de ellos:
“Me convocó él y vine a colaborar. Se ve mucha necesidad en el pueblo y hoy estamos a la par de la gente que necesita”.
Otro de los asadores destacó el trabajo en equipo y el conocimiento del barrio:
“Esto lo venimos analizando hace semanas. Somos asadores, conocemos a la gente, sabemos quién necesita. Acá nadie cobró nada, todo se hizo a pulmón”.
Desde las cinco de la tarde, el esfuerzo fue constante:
«Fue un combo de todos. Parrillas prestadas, empuje, ganas. Esto es una satisfacción enorme para la gente de bajos recursos”.
La organización fue clara: una porción por persona, para que nadie se quede sin comer.
“Si una familia viene con cinco personas, se llevan cinco presas de pollo con ensalada. Hasta para dieciséis personas entregamos”.
La voz de los vecinos
Entre quienes esperaban su vianda estaba Pablo, artista callejero, vecino conocido del pueblo. Su testimonio resumió el espíritu de la noche:
“Muy agradecido con la gente que sabe compartir. Esto habla de un pueblo generoso”.
Pablo contó que compartiría su porción con su familia y también con otro joven que trabaja en la calle:
“Entre los que trabajamos en la calle nos cuidamos entre nosotros. Esto que están haciendo ellos es un esfuerzo muy grande”.
Y cerró con una reflexión que atravesó toda la jornada:
“No todos valoran a las personas por igual. Pero esta gente sí se acuerda de los que menos tienen”.

