Las llamas que consumen los pastizales a la vera de la Ruta 308 en Juan Bautista Alberdi son un recordatorio doloroso de una problemática que se niega a desaparecer. A pesar de la tregua que brindó el invierno, la quema indiscriminada ha vuelto a encender las alarmas, poniendo en evidencia la falta de conciencia de algunos vecinos y el desgaste que esto provoca en nuestros valientes Bomberos Voluntarios.

Hace apenas unas semanas, fuimos testigos del esfuerzo sobrehumano de estos servidores públicos al combatir un voraz incendio en la Ruta 38. El comandante Martínez, con la voz cargada de preocupación, nos advertía sobre el agotamiento de recursos y la necesidad urgente de tomar medidas preventivas.

Hoy, la historia se repite. Nuevamente, los bomberos se ven obligados a arriesgar sus vidas para controlar un fuego que pudo haberse evitado. La quema de pastizales, lejos de ser una práctica inofensiva, representa una amenaza real para el medio ambiente, la seguridad vial y la integridad de quienes habitan la zona.

¿Hasta cuándo seguiremos tolerando esta irresponsabilidad? Es hora de que la comunidad tome conciencia del daño que causan estas acciones y de las consecuencias que acarrean para quienes dedican su vida a protegernos. Necesitamos sanciones más severas para los infractores, campañas de educación que promuevan prácticas responsables y un mayor apoyo a los Bomberos Voluntarios, quienes no pueden seguir enfrentando solos esta batalla.

La Ruta 308 en llamas es un llamado de atención que no podemos ignorar. La seguridad y el bienestar de todos los habitantes de toda la provincia dependen de nuestra capacidad para actuar con responsabilidad y respeto por el entorno.