El Gobierno de Javier Milei oficializó hoy la quita de subsidios a las tarifas de luz y gas, medida que entrará en vigencia en junio y que impactará principalmente en los usuarios residenciales de ingresos medios y bajos.
Esta decisión, que forma parte de la transición hacia un nuevo esquema de asistencia, implicará aumentos significativos en las facturas de luz y gas para casi 7 de cada 10 hogares. Según estimaciones privadas y cálculos oficiales, los incrementos podrían superar el 155% en el caso de la energía eléctrica, llegando incluso al 200% para la clase media. En cuanto al gas, las subas serían más moderadas, alcanzando hasta un 30%.
A pesar de la quita de subsidios, ningún usuario residencial, comercial o industrial pagará el costo total de la energía consumida, ya que todos seguirán recibiendo algún tipo de subvención. Sin embargo, los topes de consumo subsidiado serán más bajos para todos los usuarios, lo que significa que aquellos que superen estos límites deberán pagar tarifas más altas por el excedente.
Esta medida ha generado preocupación en diversos sectores de la sociedad, que temen que los aumentos en las tarifas de luz y gas afecten aún más la economía de los hogares argentinos. El Gobierno, por su parte, defiende la quita de subsidios como una medida necesaria para reducir el déficit fiscal y avanzar hacia un sistema energético más eficiente y sostenible.