Caen los guardianes: Una red de corrupción sacudía a Gendarmería

Un escándalo de corrupción de grandes proporciones ha sacudido a Gendarmería Nacional, dejando al descubierto una red de coimas y complicidad que operaba en la frontera norte del país.

La investigación, llevada a cabo de manera conjunta por los fiscales federales Carlos Amad (Salta) y Agustín Chit (Tucumán), reveló un sistema de arreglos entre personal de la fuerza y bagayeros que permitía el ingreso ilegal de mercadería y drogas al país.

Un puesto de control convertido en caja fuerte

El puesto de control «El Naranjo», ubicado estratégicamente cerca de la frontera, se había transformado en el epicentro de esta red de corrupción. Los gendarmes asignados a este lugar exigían sobornos a los comerciantes que ingresaban al país, permitiendo el paso de mercadería de contrabando a cambio de cuantiosas sumas de dinero.

Según la investigación, los efectivos involucrados cobraban entre $3.000 y $7.000 por vehículo, y las ganancias diarias de la organización criminal ascendían a un millón de pesos. El dinero era repartido entre los miembros de la banda, quienes lo utilizaban para adquirir propiedades y vehículos de alta gama.

Un sistema perverso

La modalidad de operación era sencilla pero efectiva. Los gendarmes, que rotaban cada siete días en el puesto de control, se turnaban para cobrar los sobornos. Los pagos se realizaban en efectivo o mediante transferencias bancarias a cuentas de familiares de los efectivos involucrados.

Además de permitir el ingreso de mercadería de contrabando, la red también facilitaba el paso de drogas. La investigación reveló una disminución significativa en el secuestro de estupefacientes en el puesto de control «El Naranjo», lo que indica una clara connivencia entre los gendarmes y los narcotraficantes.

La caída de la red

La investigación comenzó a partir de una denuncia anónima que alertaba sobre la existencia de una red de corrupción en Gendarmería. Tras varios meses de seguimiento y escuchas telefónicas, los fiscales lograron reunir suficiente evidencia para solicitar las órdenes de allanamiento y detención de los involucrados.

El operativo, llevado a cabo de manera simultánea en Salta y Tucumán, se saldó con la detención de 20 gendarmes y 9 civiles.