En el interior de Tucumán, la Escuela Agrotecnica Juan Mantovani de Santa Ana es un ejemplo de superación y crecimiento constante. Bajo la dirección de su comprometida directora, Monica Hael, la institución ha logrado importantes avances en infraestructura y bienestar estudiantil.
La última adquisición de la escuela fue la compra de caloventores para cada una de sus 19 aulas, es solo una muestra del compromiso con el confort de los alumnos. Estos recursos, provenientes de fondos provinciales y nacionales, se suman a la producción propia de la escuela, que cuenta con un campo de 20 hectáreas donde se cultivan verduras y maíz, además de una granja con gallinas ponedoras y cabras.
Esta producción no solo abastece el comedor escolar, donde se ofrecen desayuno, almuerzo, merienda y refuerzos en los recreos, sino que también genera ingresos adicionales a través de la venta de conservas y dulces elaborados en la sala de industria.
«Cuando asumí la dirección en 2021, el primer paso fue reformar el comedor», expresó la directora. Desde entonces, se han realizado mejoras en todas las aulas, incluyendo la instalación de ventiladores y aires acondicionados. Además, la refacción de los baños y se pintó la escuela.
Los alumnos destacan el impacto positivo de estos cambios. «Las aulas están más cómodas, ya no pasamos frío ni calor como antes», comentó uno de ellos. Además, resaltaron la variedad de menús en el comedor y el buen estado de los baños.
La escuela Juan Mantovani es un ejemplo inspirador de cómo el liderazgo, la gestión eficiente de recursos y el trabajo en equipo pueden transformar la realidad de una comunidad educativa rural.