“Estaba harto de mi hermano”: el límite que se quebró en una casa familiar

Un nuevo episodio de violencia intrafamiliar volvió a sacudir a Tucumán. En una vivienda de Banda del Río Salí, un hombre de 57 años asesinó a su hermano mayor de 18 puñaladas tras una discusión que, según reconstruyen los investigadores, llevaba años gestándose. Con este caso, ya son tres los fratricidios registrados en lo que va de 2025, en un contexto donde casi la mitad de los homicidios ocurridos en la provincia tienen como escenario el ámbito familiar.

El acusado, Julio César Rodríguez, fue detenido en el lugar del hecho luego de reconocer la autoría del crimen y entregar el cuchillo de carnicero con el que atacó a su hermano Juan Alberto Rodríguez, de 62 años. “Estaba harto de mi hermano”, habría manifestado ante los efectivos policiales que acudieron al domicilio tras un llamado de emergencia realizado por el hijo de la víctima.

Una herencia, viejos conflictos y un límite que se quebró

Los hermanos mantenían desde hacía tiempo una relación conflictiva, atravesada por disputas familiares y económicas. Si bien no convivían el acusado residía en la vivienda donde ocurrió el crimen y la víctima vivía en Alderetes, los enfrentamientos se habían intensificado por la venta del inmueble, heredado tras la muerte de sus padres.

De acuerdo con la investigación, Juan Alberto insistía en vender la casa para cobrar su parte, mientras que Julio César se oponía. El acusado sostenía que su hermano pretendía utilizar el dinero para consumir alcohol, en un contexto de consumo problemático que, según fuentes policiales, era conocido en el entorno familiar.

Las discusiones eran frecuentes. El dinero, la herencia y el alcohol funcionaban como detonantes reiterados de los enfrentamientos, que nunca habían derivado al menos formalmente en denuncias previas.

La secuencia final

Según el relato de vecinos y la reconstrucción policial, la víctima llegó al domicilio aparentemente alcoholizada. Tras un intercambio verbal en la vereda, ambos ingresaron a la casa. Minutos después, comenzaron los gritos.

“Lo único que observamos es que Julio estaba sentado afuera cuando llegó su hermano. Empezaron a discutir, entraron a la vivienda y, a los pocos minutos, el hijo del fallecido empezó a pedir auxilio”, relató una vecina del lugar. Cuando la Policía ingresó al inmueble, encontró el cuerpo sin vida de Juan Alberto, con múltiples heridas de arma blanca.

El fiscal Pedro Gallo, de la Unidad Fiscal interviniente, quedó a cargo de la investigación y ordenó la detención inmediata del acusado.

Violencia intrafamiliar: un patrón que se repite

Este crimen no es un hecho aislado. Con este caso, ya son 18 los homicidios vinculados a la violencia intrafamiliar registrados en Tucumán durante 2025, casi el 50% del total de asesinatos cometidos en la provincia en lo que va del año.

Desde la Unidad Regional Este confirmaron que no existen denuncias previas entre los hermanos. “No se constató que el acusado hubiera denunciado antes a su hermano”, indicó el comisario Carlos Ruiz.

Entre los vecinos, la conmoción se mezcla con la incredulidad. “Siempre fueron correctos, pero venían peleando por la casa. Juan tenía problemas de alcoholismo. No se puede creer lo que está pasando”, expresó otra residente del barrio.

Una tragedia que vuelve a interpelar

El tercer fratricidio del año vuelve a poner en primer plano una problemática persistente: la violencia que se gesta en el interior de las familias, muchas veces alimentada por conflictos económicos no resueltos, consumos problemáticos y la ausencia de dispositivos de prevención temprana.

Puertas adentro, lejos de la calle y de los delitos comunes, la violencia sigue encontrando su forma más extrema.