En el primer trimestre de 2025, el coeficiente de Gini fue de 0,435. Persisten brechas por género, informalidad y acceso al trabajo.
El Indec publicó este jueves el informe sobre la distribución del ingreso correspondiente al primer trimestre de 2025, que refleja que la desigualdad persiste en niveles elevados en Argentina, pese a una leve mejora interanual. El coeficiente de Gini –indicador que mide la desigualdad– fue de 0,435, un valor que, si bien muestra una reducción respecto al mismo período de 2024 (0,467), representa un leve deterioro frente al cuarto trimestre del año pasado (0,430).
En términos prácticos, la brecha de ingresos entre el decil más rico y el más pobre fue de 15 veces, sin variaciones frente al mismo trimestre del año anterior, y con un leve aumento respecto a fines de 2024, cuando los ingresos se vieron influidos por el cobro del aguinaldo.
Desigualdad estructural
El informe refleja una persistente concentración de ingresos en los sectores de mayores recursos. Mientras el ingreso promedio per cápita del total de la población económicamente activa fue de $541.198, la mediana fue de $397.500, lo que indica que la mitad de la población percibió ingresos por debajo de ese monto.
La disparidad también se evidencia al desagregar por estratos sociales. El estrato bajo (deciles 1 a 4) tuvo un ingreso promedio de $290.260, el estrato medio (deciles 5 a 8) alcanzó $794.063, y el estrato alto (deciles 9 y 10) superó los $2,1 millones mensuales. Cabe remarcar que, históricamente, los ingresos de los sectores más altos están subestimados por el relevamiento estadístico, debido a la baja declaración de ingresos en encuestas.
Trabajo formal vs informal, y brecha de género
La diferencia entre trabajadores formales e informales es otro eje de la desigualdad. Entre la población asalariada, el ingreso promedio fue de $824.242. Sin embargo, quienes cotizan al sistema jubilatorio cobraron en promedio $1.011.640, mientras que aquellos sin descuento jubilatorio percibieron solo $483.243.
Por otro lado, la brecha de género continúa siendo significativa. Los varones tuvieron un ingreso promedio de $1.003.072, frente a $710.703 en el caso de las mujeres, una diferencia de casi 30%.
Caída del empleo en los sectores más pobres
El informe advierte que la cantidad de personas sin empleo y sin ingresos aumentó en los deciles más bajos. Es decir, los hogares con menos recursos son los más afectados por la desocupación y la informalidad, lo que agrava aún más la desigualdad estructural.
A nivel agregado, la suma total de ingresos de la población de referencia fue de $16,15 billones, lo que representa un aumento del 133,6% interanual. No obstante, este dato está influenciado por la baja base de comparación del primer trimestre de 2024, cuando se sintió con fuerza el impacto de la devaluación y la aceleración inflacionaria tras el cambio de gobierno.
Ingresos laborales vs. ingresos no laborales
Los ingresos laborales representaron el 77,9% del total. El resto provino de jubilaciones, pensiones, subsidios, alquileres y ayuda de otros hogares. En los hogares más pobres, los ingresos no laborales llegaron a representar el 61,2% del total, en contraste con el 12,3% en los hogares de mayores ingresos.