El robo del celular del gobernador Osvaldo Jaldo durante un acto en La Cocha sigue envuelto en un mar de dudas. Aunque Liliana “Pampita” Carrizo está detenida y con prisión preventiva, cada vez son más las señales que indican que podría no haber sido la autora del hurto.
El episodio ocurrió el miércoles pasado, tras un almuerzo oficial. En el momento en que el gobernador se tomaba fotos con los asistentes, Carrizo habría colocado su chalina sobre el hombro de Jaldo y, según la acusación inicial, le sustrajo el teléfono del bolsillo del saco. Sin embargo, la mujer sostiene que el celular se lo entregaron y no aclaró quién lo hizo.
La investigación, a cargo del fiscal Héctor Assad, avanza en distintas líneas. Se secuestraron dispositivos electrónicos en la casa de la acusada, pero hasta ahora no hay pruebas de que se hayan extraído datos del celular. Incluso se descubrió que el dispositivo fue usado para tomar fotos en las que aparece la propia Carrizo, lo que refuerza su versión de que otra persona podría haber estado involucrada.
El caso generó preocupación porque, en menos de seis meses, Jaldo sufrió otros dos incidentes que pusieron en evidencia la vulnerabilidad de su seguridad: una amenaza de un condenado por homicidio y la filtración de sus datos personales por parte de una influencer. Por eso, ya se trabaja en reforzar su custodia y protección tecnológica.
Mientras tanto, el fiscal ordenó nuevas pericias sobre cámaras de seguridad y continúa recabando testimonios de los asistentes al acto. También se investiga si el hecho tiene algún vínculo con la reciente intervención del municipio de Alberdi.
Por ahora, el caso suma más interrogantes que respuestas, y se espera que en los próximos días los peritajes y las declaraciones permitan aclarar el episodio.